¿Castigado' No... (Lily)

La profesora McGonagall nos habia citado en su despacho. De hecho me acababa de dar cuenta lo bien que me sabía ya el camino. Eran las 7 de la mañana y aún no habia nadie por los pasillos cosa que resultaba más deprimente.
Cuando llegué al aula aún no estaban ni Lily ni la profesora. Esperaba que Evans llegase tarde, no tenia ganas de aguantar sus sermones...de hecho preferia que llegase la profesora, al fin y al cabo no era la primera vez que me castigaba y seguramente no seria la ultima.
Entré y me senté en una de las mesas de al lado de la ventana y me quedé mirando las vistas. Se podia ver el bosque y el lago, todo oscuro pues era invierno y aún no habia salido del todo el sol.
Me acerqué a la pared desde mi posición encima de la mesa y me apoyé con la cabeza en el ladrillo. Si me hacia esperar más me iba a quedar dormido allí.

- Que puntuales...-dije susurrando.

Después de haber pasado una noche horrible en la que apenas había dormido, conseguí haerlo placidamente pocos minutos antes de que tuviera que despertarme.Y así lo hize, yo nunca, me quedaba dormida demasiado tiempo.Tomé una ducha, me vestí, y cogí un par de chocolatinas y me apresuré para ir hacia el despacho de la profesora.Mi pelo aún estaba algo húmedo, por lo que pude sentir el frío con mas intensidad mientras caminaba por los pétreos pasillos del castillo.

Cuando llegué, James ya estaba allí sentado en una mesa.-Buenos días-Le dije, y sin hacerle mucho caso me fui a sentar a una mesa mas lejana mientras sacaba una de las chocolatinas y comenzaba a comérmela con total tranquilidad.Pues la profesora nisiquiera estaba aquí aún.

Estaba algo atontado mirando hacia fuera que no me di cuenta de que Lily habia entrado hasta que no me saludó. Por un momento dudé si saludarla ya que aún seguia molesto con ella, pero solo por fastidiarla valía la pena hacerme el feliz.

- Buenos días.-dije mirandola con una sonrisa.

Después volví la mirada a la ventana y miré mi reloj. Aquella vieja bruja se retrasaba y mucho. La situación no era muy cómoda por lo que agradecería que llegara ya. Miré de reojo a Lily sin que se diese cuenta y después volví a mirar la ventana.

Lo que peor me sentaba era ver a James saludarme con su particular buen humor, cómo alegrándose de verme en el lugar del castigo,suspiré afligida y volví mi cabeza hacia el lado contrario en el que el chico se encontraba sin decir una palabra.

Cuando acabé con mi chocolatina dejé el envoltorio a un lado en la mesa.Cogí un mechón de mi pelo aún algo húmedo y empezé a juguetear con mi varita mientras hacía que se trenzara solo con un suave giro de muñeca mientras me miraba en un pequeño espejo que sostenía con la otra mano.James Potter iba a tener su ración de indiferencia todo el tiempo que me fuera posible.

¿Dónde narices estaba McGonnagal?Me empezaba a preocupar de que no hubiera aparecido ya.Seguí con otro de los mechones de mi pelo en el lado opuesto y también lo trencé mediante magia hasta unirlos en la parte de detrás de mi cabeza en un lindo peinado de aires medievales.

Miré hacia afuera. No tenia ganas de cruzarme con Lily ya que estaba segurísimo de que seguía enfadada. No pensaba darle la satisfacción de tratarla con indiferencia como hacia ella conmigo.
Miré el reloj otra vez. Seguramente aquella vieja nos habia dejado allí, se habria olvidado ya que a algunas edades las cosas no perdonan. Las arrugas eran una y su memoria era otra.
Miré de reojo a Lily que parecia estar peinandose. Después puse mis brazos cruzados entre las piernas y miré hacia la pizarra. Tenia que buscar alguna manera de entretenerme o moriria allí mismo.
Cogí mi varita y empecé a dibujar cosas en la mesa que estaba justo al lado de la que estaba sentado. Sonreía mientras dibujaba. Pese a todo, el dibujo se me daba bastante bien ya que mi madre siempre me inculcó el dibujo muggle. No sabia que le veia pero resultaba entretenido.

- Vieja de las narices...-dije en un sussurro para mi apenas audible.

Miré de reojo a James, mientras estaba murmurando algo, y volví la cabeza hacia otro lado enseguida de verle sonriendo y dibujando sobre la mesa que tenía al lado.Abrí el libro que estaba leyendo el último día junto al lago el libro que a mi amiga de padres mágicos le había sorprendido, una novela muggle ¨La Isla del Tesoro¨, un poquito de aventura no me vendría mal para distraerme un poco.

Leí durante un rato en el total silencio de la sala, algo que agradecía, pero por mas que quisiera no podía evitar distraerme mirando hacia el muchacho de reojo y muy disimuladamente.Su cabello alborotado, sus bonitos ojos color avellana...suspiré, pero no fue un suspiro de enamorada, sino de rabia hacia mi misma por no saber contener esos pensamientos.

Hice descansar mi cabeza sobre mi mano derecha mientras intentaba leer ¿Cuántas veces había leído ese párrafo?, no lo sabía exactamente pero mas de tres y no había logrado acabarlo.

-Esta quiere probar una transformación nueva quiere que nos transformemos en piedras esperándole a ella.-Me quejé en un murmullo refunfuñando, el mío si que se podía escuchar a la perfección.

Me distraía intentando no pensar en la pelirroja que estaba sentada unas mesas más allá.. Resoplé. Aquella profesora me escuhcaria la proxima vez que se quejara de mi puntualidad.
Escuche lo que dijo Lily y no pude evitar reir ante su comentario. La miré y después volví a mis dibujos.

- Alomejor se quema el colegio y no lo sabemos.-dije bromeando.

Miré por la ventana y negué con la cabeza.

- Pues no, no es eso.-dije rodando los ojos.

No quería fijar mi atención en Lily pero lo cierto es que odiaba la sensación de estar así con ella...pese a eso poco podia o pensaba hacer yo.

Lo miré alzando una ceja cuando bromeó con eso de que el colegio se quemaba.

-¿Se te agotan las bromas ingeniosas Potter?No me esperaba eso de ti...-Le dije con una suave risa mientras lo miraba con un fingido desdén que desde luego no me salía nada bien.

Me había propuesto tratarle con indiferencia, algo que desde luego no estaba consiguiendo para nada, no podía evitar hablar con él. Aunque sólo fuera para fastidiarle, incluso añoraba las bromas que me hacía, el modo en el que intentaba llamar mi atención de formas que lograban que perdiera el control, ahora me acordaba de aquella vez en los primeros años que a mi y a Alice nos fastidió cambiándonos el color de pelo a un verde chillón bastante desagradable, pero eso eran travesuras de críos, ahora lo llegaba a entender como una simple broma, aunque porsupuesto no iba a decírselo.

La miré alzando una ceja y después rei ironicamente. No se me acababan las bromas, pero no pensaba comportarme del modo que ella esperaba.

- ¿Se te acaban a ti los comentarios desagradables cerebrín? -dije mirandola con aburrimiento.

No me habia propuesto tratarla con indiferencia, simplemente la trataría igual que lo hacia en segundo o tercero y pasaría de intentar hacerme el bueno con ella. Ni bueno ni malo, simplemente era una chica más de Hogwarts.
Me levanté y fui hasta la puerta para mirar a ver si venia la vieja. Después rode los ojos y fui hacia la mesa donde me habia sentado antes y apoyé la espalda en la pared.

Vale.Lo de cerebrín no me había gustado nada, tanto que empezaba a enrrojecer, pero esta vez no era porque me hubiera abrumado, sino por la rabia que me provocaba cada palabra que Potter soltaba por su viperina y molesta lengua.


-No, lo cierto es que si son sobre ti no...-La línea entre el amor y el odio era muy delgada o eso decían, y ahora mismo me sentñia dando saltos de un lado a otro y de una forma continua y alocada.¿Qué diablos ocurría en mi cabeza?.

Me puse de pie tambien, y comenzé a dar paseos impaciente de un lado al otro de la sala, como la profesora no viniera me iba a dar algo.

Sonreí cuando dijo que si eran sobre mi no se le acababan. La miré y después solté un bufido irónico mientras volvia a girarme hacia la ventana.

- Entonces genial.-dije susurrando.

Me daba rabia que volvieramos a ser como el perro y el gato. No sabia como podiamos pasar de un estado a otro en tan poco tiempo...Un dia parecia que nos aguantabamos, otro que nos queríamos y al dia siguiente nos odiábamos, no lo entendía. Tampoco sabia si era culpa mia o suya.
La miré cuando empezó a dar vueltas.

- ¿Se puede saber que haces ahora? -dije mirandola.- ¿No puedes estarte quietecita mientras esperas?

-¿Qué más te da Potter? ¿Qué más da? ¿Acaso te molesta que me mueva?¿Qué siga respirando?-Le dije mientras clavaba mi mirada en la suya, maldita sea, otra vez esos ojos color chocolate se habían encontrado con los míos, y eran cómo una extraña y atrayente fuerza gravitatoria para mí que me obligaron a ir dando unos pasos hasta plantarme frente a él.

Sabía que esto acabaría mal, muy mal... Estaba
mos demasiado molestos el uno con el otro cómo para hablar algunas cosas, la tensión se notaba en el ambiente, no iba a salir nada bueno de esta discursión.Me odiaba, lo podía sentir en sus palabras, tanto como yo lo hacia, y esa cantidad era equiparable tambien al amor que sentía por él.

La miré cuando se plantó delante de mi y después fruncí en entrecejo por sus preguntas. ¿Que creia? ¿Que quería verla muerta?

- ¡Me pones nervioso! Suficiente con lo que ya tengo para que encima colabores.-dije mirandola.- Y puedes seguir respirando, yo nunca te prohibiria eso.

Sabía que aquello no podia acabar bien. Sabía que estaba colado por aquella pelirroja, pero tambien sabia que casi toda ella me odiaba, por lo que seguramente no valdria la pena intentarlo siquiera. Clavé mis ojos en los azules hipnotizantes de ella. Me acabaría volviendo loco.

- si tanto me odias, puedes irte...-dije mirandola.- A ti McGonagall no te dirá nada.

-Pues....-Apreté los puños fuertemente mientras estiraba los brazos hacia el suelo-¿Sabes qué? Tu tambien me pones nerviosa, y me aguanto, así que, tu te tendrás que aguantar igual.-Le dije mientras me cruzaba de brazos de nuevo.

-No voy a irme Potter...no voy a incumplir un castigo-Le dije mientras me acercaba hasta ponerme a su lado.Subiéndome ahora a la mesa dónde antes él había estado sentado.-Marchate tu si tan nervioso te pongo.-Le aconsejé esta vez sin tercas palabras.

- Está bien, entonces aguántemonos los dos.-dije rodando los ojos.-Al fin y al cabo no tenemos más remedio.

Me fastidiaba estar de aquella manera con Lily sabiendo que me traía loco, pero no pensaba hacer nada, por simple orgullo. Siempre tenia que ser yo el que fuera detrás de ella, pero ahora que me habia dejado bien claro que me odiaba no habia motivo alguno.

- No pienso irme.-dije molesto.

Clavé mis ojos en ella con seriedad y después me giré de nuevo:

-Bien...pues no te vayas...-le dije con orgullo mientras giraba mi cabeza al lado contrario al que el la había girado, alzando altivamente la cabeza.

Luego de unos segundos volví a mirarlo.La verdad había durado bien poco la paz que nos habíamos jurado.-¿Ha sido fugaz eh?...Nuestro tiempo de paz...-Dije riendo irónicamente.Mi gesto se transformó en un gesto apenado unos segundos después,pero lo oculté mirando hacia otro lado, en el fondo me molestaba que hubiera acabado, y mas despues de los sentimientos que se habían despertado dentro de mí.

- Pues eso es lo que voy a hacer, quedarme aqui.-dije arrastrando las palabras sin atreverme a mirarla.

Escuché sus palabras y solté un suspiro muy leve. Después de lo que habia pasado la noche anterior ahora parecia mentira que estuviesemos así, quizá ella y yo estabamos destinados a no entendernos nunca.

- Sí,-dije enfadado.- Quizá no deberias haberte tomado tan mal el castigo.-dije pensando en voz alta.

Ella era demasiado perfecta como para permitirse un error, así que yo ahora pasaba a ser un error con lo cual preferia no meterme. Para mi en cambio, estar allí castigado no era malo si no fuese que estabamos enfadados.

-Quiza...-murmuré, sabía que me lo había tomado mal, pero ¿Cómo no hacerlo? Era el primer castigo que tenía y encima había sido por permitirme volver desde mi cuarto para ver a Potter. Si me hubiera quedado en la cama sin mostrar mis debilidades no me hubieran castigado.

Entonces unos zapatos resonaron por los pasillos, rapidamente me senté en el pupitre mas cercano de la forma correcta esperando ver aparecer a la profesora McGonagall en nuestra particular aula de castigo.Esperara que no nos pusiera un castigo muy duro pues después de mi pequeña charla con Potter no estaba de humor precisamente.

-¡Buenos días mis queridos alumnos!Perdonad el retraso, he tenido otros asuntos que atender con el director, de suma importancia.

-Buenos días Profesora McGonagall.-Contesté con rectitud mientras me ponía en pie hasta que pasaba a nuestro frente para poder sentarme de nuevo.A la espera de ver cual era nuestro castigo.

off: maneja tu a la profe tbn si quieres

- Quizá no, estoy seguro.-dije enfadado para girarme hacia la ventana.

Escuché los tacones de la profesora y rodé los ojos. Me alegraba de que llegara porque así podría evitar hablar con Lily. En cambio si venia empezaría el castigo, aquel dia no me deparaba nada bueno.

- Buenos dias...-dije murmurando.

Me sabia el discurso como cada vez que acababa en aquella sal. Cuando llegaba tarde siempre era la misma excusa, al principio me molestaba en saludarla pero ahora lo aborrecía. La miré y resoplé cuando pensé sobre nuestro castigo. Estaba seguro que el mio seria mucho peor ya que Lily era la niña buena.

La tensión en el ambiente se podía cortar cómo un cuchillo corta la mantequilla caliente, era evidente que los tres no estábamos del mejor humor posible.

-Bien mis queridos alumos, ya que veo que os gusta pasar tiempo juntos mi trabajo será el de manteneros ocupados a ambos cómo castigo.

Fulminé con la mirada a la profesora y luego a Potter.Algo que evidentemente McGonagall notó a la primera.

-Veo que no os hace mucha gracia colaborar...asi que con más razón os impondré el castigo.La cooperación entre magos y el desarrollo de lazos amistosos es una prioridad en este colegio, así que me entregareis para mañana un trabajo sobre transformaciones a libre elección, trescientas páginas más o menos; y una demostración práctica en el aula, para vuestra exposición ante el resto de vuestros compañeros.

Dijo la profesora.

-Pero...pero...

Escuché a la profesora pero no la miré, esperaba a que impusiera el castigo que seguro seria bastante malo. Cuando lo escuché me giré y resoplé. Tenia suerte de que el trabajo fuese de transformaciones ya que como animago tenia gran facilidad para aquella asignatura, cosa que solo sabian Peter, Remus y Sirius. Bufé ya que me tocaria hacer el trabajo con Lily.


- ¿Ocurre algo Potter? -dijo la profesora con su habitual tono acusador.

- ¿Tiene que ser juntos, no puede ser individual?-dije mirandola.

- No, la gracia del trabajo es que lo hagan juntos.-dije enfadada.

- Estupendo...-dije remugando bajito.

Me tocaría pasarme una tarde entera con Evans, y su enfad y sabelotodismo. Rodé los ojos, resoplé y me giré de nuevo hacia la ventana.

Durante la conversación con la profesora no dejé de mirar mal a Potter ¿Tanto le molestaba ahora hacer un mísiero trabajo conmigo?Sentí la rabia invadir mi pequeño cuerpo.¿Porque me molestaba tanto que me odiara de esa manera?Bufé levemente recolocándome en mi asiento.

-Si, sera genial...-Dije con ironía y desdén en mi tono de voz.

-Vaya, vaya...-Dijo la profesora con tono de rentintín en su voz mientras nos observaba.

-Aggggg....-Me limité ha hacer ese sonido mientras cerraba el libro que tenía sobre la mesa haciendo bastante ruido.

-Podeis empezar si quereis aquí mismo el rato que os queda de castigo-Nos sugirió.

Miré a la profesora primero con rabia y después con resignación, cuando saliera de aquel colegio seria el hombre más feliz del mundo y no volveria a oir hablar de mi, ni Lily ni McGonagall, seguro que Sirius se venia de viaje conmigo...

- ¿Empezar? ¿Ahora? -bufé.

No tenia ningunas ganas de trabajar y menos con Lily sabiendo lo mucho que me odiaba ella. Ahora mismo preferiría caerme de la escoba otra vez, pero más me valia hacer el trabajo y poder jugar a Quidditch al dia siguiente, aquello me despejaría.

-¡¿Qué?! -Dije a la vez que Potter bufaba por lo mismo que yo seguramente, pues nisiquiera pude concentrarme en escuchar lo que había dicho.

-Si, venga venga...el tiempo se os va de entre los dedos,así que daros prisa, si no quereis hacer una exposición realmente mala delante de vuestros compañeros.-Esa última frase se dirigió más a mí, sabía que me importaba sacar las mejores notas de la clase, y por alguna razón James siempre conseguía alcanzarmelas e incluso superármelas en esa asignatura, el muy patán debía tener algún libro, o algún secreto, pues nunca le veía estudiar transformaciones y yo me pasaba la vida haciéndolo.

Cedí al final, no iba a sacrificar mis notas por el estúpido de James Potter.Así que me fui a sentarme a su lado para hablar y empezar con el trabajo.
-Bien...Elige tú el tema-Le dije resignada a tener que entenderme con él, al menos si era un tema que le gustaba me aseguraba que al menos le interesara y no se escaqueara.

La miré con cara de diversión. Lo cierto es que pese a ser animago, transformaciones siempre habia sido una asignatura que no me desagradaba.

- Elige tú...-dije arrastrando las palabras.- Yo los encuentro todos iguales.

La verdad es que no veia mucha diferencia y tampoco hubiese sabido cual escoger, pues nunca estudiaba transformaciones, no lo necesitaba.

- Animagos, transfiguración....-dije ofreciendole.- La lista es larga, lo importante es como hacer la practica.