Prohibido...eso es para cobardes [Royce]

Los alumnos de aquí parecían ser todos unos cobardes, nadie se atrevía a pasar al pasillo prohibido, y eso era bueno por una parte, pues mi hermano y yo habíamos encontrado en ese pasillo el lugar idóneo para esconder todas aquellas pociones y artefactos que habíamos traído de nuestro reciente viaje a Oriente, donde habíamos encontrado miles de cosas útiles.

Ahora yo necesitaba un poco de poción que quitaba las inhibiciones, porque me vengaría de Potter de la manera más vil, y ya viendo, quizás necesitaba un poco de poción de amor, también traída de allá. Todo lo habíamos metido tras unos ladrillos sueltos, pero como no éramos idiotas, habíamos sellado la pequeña camarita para que sólo se abriera ante nuestro contacto.

Desafortunadamente, los ladrillos estaban muy abajo, así que para sacar las pociones me tuve que agachar, y al hacerlo no pude evitar soltar un jadeo de dolor, pues el movimiento había hecho que las heridas en mi espalda se abrieran. Me mordí el labio fuertemente impidiéndome gritar, odiaba a mi padre con todas mis fuerzas, esos latigazos eran lo peor de las vacaciones.

Después de hablarles a los alumnos de primer curso de lo divertido que era entrar en el bosque prohibido y contarles las maravillas del mismo decidí ir a dar una vuelta por el castillo, para buscar otras almas algo más difíciles de corromper. Era muy fácil convencer a los pequeños. Sólo con decirles que había unicornios ya los tenía ganados, y podía estar seguro de que alguno se aventuraría en el bosque. Y cuando los castigaran empezarían a almacenar resentimiento hacia los profesores. Era sólo el primer movimiento de una partida que tenía que controlar de principio a fin.

Caminé distraídamente, hasta encontrarme en la entrada del pasillo prohibido. Me adentré en él sin ningún temor, dirigiéndome hacia el escondite que mi hermana y yo habíamos improvisado. Para mi sorpresa, me encontré con que ella ya estaba allí. Sonreí al verla, aunque me preocupó un poco que hiciera ese gesto de dolor. Sin embargo, decidí no hacer ningún comentario al respecto, al menos de momento.
-¿Qué hace tan sola una chica tan linda? -pregunté sonriendo de lado.

Estaba buscando las pociones y me llevé un susto de muerte al oír la voz de mi hermano, él era silencioso como un ratón y al no haber escuchado sus pasos, no había esperado su voz. Brinqué un poco pero no me enojé, a contrario, la voz de mi hermano era reconfortante, más ahora que estaba tan furiosa.

- La pregunta es por qué no estás en la cama de alguna presa tuya - le respondí mientras le guiñaba un ojo coquetamente.

No era secreto para ninguno que siempre andábamos de chica en chica o de chico en chico en mi caso. La verdad lo preferíamos así ambos y aunque nos juzgaran de desvergonzados, ambos teníamos buenas razones para no buscar relaciones a largo plazo. Además un soltero o soltera atraía a más personas y ése era nuestro propósito aquí.

- Vengo a buscar un par de cosas que necesito - le respondí su anterior pregunta y saqué los dos frasquitos que necesitaba.

Sonreí al verla brincar al oír mi voz. No había sido consciente de que me había acercado con tanto sigilo. La costumbre de andarme siempre con cuidado.
-Disculpa si te asusté -dije encogiéndome de hombros con una pequeña sonrisa. Sonreí un tanto travieso al oírla decir que la pregunta era por qué no estaba en la cama de alguna presa mía -Soph, de vez en cuando tengo que descansar -dije con una sonrisa pícara- No puedo gastar todas mis fuerzas en unos pocos meses...
La miré con curiosidad cuando dijo que venía a buscar algo que necesitaba -¿Puedo saber qué es ése algo? -pregunté mirándola. Normalmente mi hermana no me ocultaba nada, y suponía que terminaría contándome si le había pasado algo. Eché un vistazo a los frascos sin decir nada, sólo esperando que me contara.

Mi hermano se disculpó por haberme asustado y yo le sonreí sinceramente, pocas personas conocían una sonrisa sincera de mi parte, de hecho sólo mi hermano y Linna la habían visto.

Él dijo que no podría gastar sus fuerzas en poco tiempo y yo solté una carcajada, mi hermano siempre tan encantador. La verdad no podría imaginar mi vida sin esa sonrisa burlona o esa actitud desvergonzada, mi hermano era lo máximo y lo más valioso que tenía en esta vida.

- Vine por una poción para quitar inhibiciones y un filtro de amor, le haré pasar la noche más placentera a James Potter y a la mañana siguiente se sentirá tan miserable que querrá morirse - le conté a mi hermano con algo de temor porque se enojara conmigo.

Sólo pude sonreír ampliamente al ver su sonrisa sincera. Me encantaba verla sonreír de esa manera, ya que sabía que no lo hacía con mucha frecuencia. La escuché con atención y solté un bufido cuando terminó.

-¿Potter? -pregunté enarcando una ceja- Vaya, hermanita, tus gustos están en decadencia -reí levemente- Pero tú sabrás lo que haces -me encogí de hombros- No creo que hacer que se odie a sí mismo sea la mejor manera de unirlo a nuestra causa... -murmuré, al tiempo que mi cerebro empezaba a carburar rápidamente y miles de ideas pasaban por mi cabeza- De todas formas no te encariñes demasiado con él -reí levemente- Si se resiste demasiado a unirse a nosotros... -murmuré, pasándome un dedo por el cuello significativamente.

-Pero dime... -pregunté mirándola fijamente- ¿Qué te hizo para que tomes esa decisión? -conocía bastante a mi hermana, y sabía que si llegaba a esos extremos es porque le había pasado algo con el imbécil de Potter.

Royce me preguntó por Potter y dijo que mis gustos iban en decadencia yo bufé molesta, aún podía recordar al estúpido de Potter el cómo me había hecho enojar el otro día.

- Ya no lo quiero unir a nuestra causa Royce, si pudiera matarlo lo haría, pero como estamos en el colegio y me apetece hacerlo sufrir antes de matarlo, haré que crea que se acostó conmigo y que lo hizo por propia voluntad, eso simplemente lo hará sentirse de lo peor y yo me regodearé con su furia - le conté a mi hermano mientras me movía un poco y sentía como un poco de sangre recorría mi espalda.

Esta vez no pude evitar soltar un débil grito, con una mueca saqué otra poción de curación y se la tendí a mi hermano mientras me alzaba la blusa - Royce, por favor... - le pedí sabiendo que entendería lo que quería

Rodé los ojos cuando dijo que ya no quería unir a Potter. Realmente debía haberla enfadado mucho para hablar de esa forma y querer matarlo. Mi hermana tenía un carácter... Pero así la adoraba.

-Yo también quiero matarlo, pero es un buen mago, y puede servirle a nuestro señ...-No terminé la frase, ya que soltó un débil grito. Me acerqué a ella preocupado y cogí la poción. Me mordí el labio inferior al ver la sangre correr por la espalda.

-No sé cómo lo aguantas Soph... -dije aplicando la poción sobre su herida- Yo hace tiempo que habría hecho algo -murmuré. Mi padre era lo suficientemente inteligente como para saber que si me ponía una mano encima no respondería sumisamente. De hecho me reventaba que golpeara a Sophie, y alguna que otra vez había tenido conflictos con él por eso. Pero al fin y al cabo era mi padre, y yo me consideraba una proyección de él mismo.

Sabía por qué Royce decía que James era buen mago, y era seguro que el señor teneroso lo quisiera de su lado, pero dudaba mucho que hubiera algo que lo hiciera unirse a nosotros, aunque comenzaba a pensar que el odio sería un gran inicio.

- Lo sé, pero...creo que si logro que en su corazoncito lindo haya un poco de odio, quizás lo logremos - susurré mientras sentía las manos de mi hermano en mi espalda.

Yo me aferré a la pared mientras me untaba la poción, la verdad dolía mucho, pero no podía evitarlo, sabía que si evitaba que mi padre me golpeara, cuando me atrapara de nuevo, dolería más.

- Si lo evito me golpeará más Royce, quizás tú si puedas evitarle, pero yo no - dije con verdadero dolor en la voz, aunque me mataba soportar los latigazos, me reconfortaba un poco que a mi hermano no le hiciera daño

Asentí cuando dijo que si conseguía que el odio entrara en el corazón de Potter quizá lograramos nuestro objetivo. Sin duda era un buen plan... Pero tenía algunos defectos que ir puliendo -Lo ideal sería proyectar ese odio hacia otro lado y no hacia nosotros- pensé en voz alta- No me agrada tener a Potter como amigo, pero mucho menos como enemigo -añadí aún pensativo.

Negué con la cabeza sin saber bien qué decir cuando noté que se aferraba a la pared y hacía gestos de dolor - Yo me libro porque en el fondo me tiene miedo -murmuré con algo de tristeza por mi hermana- Creo que le da pavor ver que me parezco demasiado a él... -dije acariciando suavemente su espalda al tiempo que le aplicaba la poción- Demuéstrale que estás hecha de la misma pasta que yo y empezará a pensarse seriamente si le conviene golpearte...

Me partía de dolor por los latigazos en mi espalda, pero hablar de otras cosas me distraía, así que la conversación de Potter hacía que el dolor no estuviera tan presente.

- No, Royce, en sí él va a odiarme, pero haré que piense que él inició todo, que él fue el que me incitó a mí y no al revés, me odiará pero yo le haré ver que fue él, el que hizo aquello, entonces empezará a dudar muchas cosas - le conté a mi hermano con una débil sonrisa.

Sin embargo, los latigazos esta vez habían sido demasiado y aún cuando mi hermano intentaba no lastimarme, el dolor se estaba volviendo insoportable. Mis mejillas se llenaron de lágrimas sin que pudiera contenerlas. Mi hermano era el único que me había visto llorar, y así me aseguraría que así fuera.

- No creas que no lo intento Royce, pero ya ves cómo es de machista mi padre, además, si intento resistirme, aunque fuera un segundo, me iría peor - susurré sintiendo mucho, mucho dolor - ya no quiero regresar a esa casa Royce

Sonreí al oírla hablar sobre su plan. Tenía bastantes posibilidades, eso tenía que reconocerlo... Me alegraba que mi hermana pensara de forma parecida a mí. Al fin y al cabo teníamos la misma sangre y por algún lado tenía que notarse.

-En ese caso, sólo me queda desearte que disfrutes de tu cometido -dije con una sonrisa pícara. No tenía sentido mostrarme remilgado y hacerme el hermano celoso y protector, cuando nunca lo había sido. Ahora, otra cosa es que ese idiota tratara de lastimar a mi hermana. En ese caso sí saldría mal parado.

Seguí limpiándole las heridas con dulzura, una dulzura inusitada en mí.
-No tienes por qué regresar ya -murmuré mirándola- Soph, cuando terminemos este año tendremos muchos más honores y reconocimientos de los que podemos imaginar -sonreí levemente- Conseguiremos otra casa y al infierno con nuestro padre, que se quede solo -terminé sintiendo algo de rabia. Mi padre nunca había sido una buena persona, pero desde que nuestra madre había muerto se había vuelto mucho peor.

Me reí cuando Royce deseó que me divirtiera con mi cometido, la verdad es que ambos nos conocíamos, y sabíamos que el otro de santo no tenía ni un pelo. La verdad no recordaba el momento en el que nos habíamos vuelto tan desvergonzados, pero si nos iba bien a ambos,por qué habríamos de negarle el placer al otro.

- Gracias, eso haré - le respondí con una sonrisa igual a la suya.

Me alegraba oír que mi hermano seguiría conmigo, que no me dejaría sola. Yo sabía que aún siendo muy jóvenes, el Señor Tenebroso nos contaba entre los mejores de sus mortífagos, eso se debía claro a los muchos seguidores que habíamos conseguido.

- Tienes razón, sólo que cuando tengamos nuestra casa, por favor, no quiero orgías...a menos que me invites - dije en broma mientras me secaba las lágrimas y me acomodaba la blusa.

Asentí mirándola un tanto divertido cuando dijo que eso haría. Bueno, aunque no me agradaba que Potter disfrutara un poco gracias a mi hermana, podía ser peor. Al menos no era un sangre sucia. Me hubiera preocupado por la salud mental de Sophie si así fuera.
-Sólo falta para rematar el plan que Evans se entere... -reí divertido, maquinando- Entonces Potter estará perdido.

Aunque tenía la facilidad de sonreír como estúpido, mi mente seguía activa, por lo que habitualmente engañaba a los demás haciéndoles creer que era más inocente e irreflexivo.
-Y bueno, tampoco a Black le hará gracia que su amigo se haya liado con uno de sus objetivos principales -sonreí con malicia.

-De acuerdo, nada de orgías si tú no estás presente -seguí la broma- Y siempre entre gente de sangre limpia, no quiero ningún sangre sucia en mi casa -dije seriamente, aunque después me eché a reír.

Sonreí al oír la continuación del plan de mi hermano, si Evans se enteraba que Potter se había acostado conmigo, las cosas entre ellos simplemente se enfriarían mucho, además de que mi hermano también tenía razón al decir que eso le afectaría a Sirius, esto de querer atraer a ambos estaba resultando de lo más entretenido.

- Sí, de cualquier modo, tenemos otra cosa que hacer Royce y Linna ha dado en el blanco con la solución. Me he dado cuenta de que James y Sirius no son tan diferentes a nosotros, van a la suya, actúan sin pensar, hacen lo mismo, el problema es que ambos cuentan con el amigo conciencia. Ese tarado de Lupin siempre los hace entrar en razón, imagínate que esos dos no tuvieran a esa conciencia - dije sonriendo, pues de no tener conciencia, James y Sirius podrían ser como nosotros.

ME reí al pensar en lo que sería de nosotros cuando tuviéramos una casa propia, sin mi padre y sin ataduras. Definitivamente sería el mejor lugar del mundo

- Cariño, le pondremos un hechizo a la puerta, si un sangre sucia quiere entrar recibirá un castigo para que se lo piense de nuevo - dije burlonamente mientras guardaba la poción de sanación y recomponía los ladrillos para que no se notara nuestro escondite

La miré curioso cuando dijo que a Linna se le había ocurrido una solución. Esa chica siempre tenía buenas ideas, así que esperaba escuchar algo interesante. Y en realidad lo era...
-Lupin... -musité pensativo- Creo que es demasiado reflexivo como para hacernos caso -dije finalmente mirando a Sophie- Sin embargo... -una sonrisa de malicia se dibujó en mi rostro e hice una pequeña pausa antes de proseguir- Lupin esconde algo, estoy seguro -murmuré absorto en mis pensamientos- Si logramos descubrirlo quizá podamos... no sé... ¿extorsionarlo? -dije mirando a Sophie a los ojos.

Asentí cuando dijo que le pondríamos un hechizo a la puerta -Está bien, pero eso le quita deviersión al asunto, no podremos divertirnos torturando a los intrusos nosotros mismos -reí ligeramente. Observé como colocaba los ladrillos, recomponiendo nuestro perfecto escondite. Nadie podría imaginar todo lo que guardábamos ahí.

Yo también sospechaba que LUpin escondía algo, pero realmente, como poco importaba el muchacho, no le había dado mucha importancia, ahora uqe lo veía distinto pensaba que sería importante.

- Linna va a enamorarlo Royce, lo hará un títere por completo a su merced, así ese trío se separara y James y Sirius por su lado se unirán a nosotros, lo sé - le aseguré a mi hermano con una sonrisa maliciosa.

Hablando de nuestra casa me dio risa que dijera que no podríamos torturar a los intrusos.

- Bueno, hermanito, sin duda podremos hacerlo, una tortura doble es mejor que sólo una - le respondí guiñándole un ojo y guardando los dos frasquitos en mi bolsa de la falda.

Me mordí el labio, debí de haber dejado afuera la poción curativa, pues mi padre ahora sí que me había herido y también tenía un par de moretones en los muslos, pero claro, de eso no quería que mi hermano se enterara.

Asentí sonriendo cuando empezó a contarme el plan que tramaba. Aunque podía tener algunas cosas cogidas con pinzas, en principio podía funcionar bastante bien. Sin embargo, yo estaba empeñado en descubrir qué ocultaba Lupin. Quizá Linna podría sacarle poco a poco sus secretitos.
-Potter y Black, ni más ni menos -sonreí y me mordí el labio inferior, pensativo- Es como ir a por un sickle y encontrar un galeón -murmuré abstraído- Sólo que habrá que quitarles también de la cabeza toda esa tontería de la valentía de corazón y la nobleza Gryffindor... Eso sólo los vuelve estúpidos....
Aunque no me cayeran nada bien, sí tenía que reconocer que Black y Potter eran grandes magos, y el Señor Tenebroso se congratularía de tenerlos en sus filas.
-Doble tortura, suena genial -reí divertido cuando mencionó que de igual modo podríamos torturar a los sangresucias que entraran en nuestra casa.

Estaba de acuerdo con mi hermano y sabía por la mirada en sus ojos que deseaba saber lo que Lupin ocultaba. Yo me acerqué a él y rodeé su cuello con mis brazos con una sonrisa.

- Descuida, Linna encontrará eso que a ti tanto te intriga de Lupin, si alguien puede hacerlo es ella - le dije con completa convicción de que así sería. - Además, imagínate como nos recompensará el Señor Tenebroso si le llevamos a dos de los mejores estudiantes de Hogwarts, además ellos dos servirían de excelentes espías, pues nadie sospecharía de ambos

Me reí de la tortura doble, pero el hacerlo y estar estirándome para abrazarlo, hizo que mi espalda doliera mucho, así que, sin muchos ánimos solté a mi hermano y me recargué en la pared.

- Maldito sea - susurré obviamente refiriéndome a mi padre, además, había algo que no le había contado a mi hermano y tampoco estaba segura de querer admitirlo.

La miré devolviendo la sonrisa cuando rodeó mi cuello con sus brazos.
-Estoy seguro de que así será, aunque pobrecilla, la compadezco -dije asintiendo con la cabeza con solemnidad cuando mencionó que Linna podría sacarle el secreto a Lupin. Mi sonrisa se amplió al saber que ella pensaba igual que yo con respecto a Black y a Potter.

-Ya somos importantes para el Señor Tenebroso, pero a partir de ahora seremos esenciales -sonreí seguro de mí mismo. De repente, Sophie se quejó de su espalda y se apartó, apoyándose en la pared.

Me acerqué a ella con seguridad, mirándola fijamente -Esta vez se excedió... -murmuré mirándola- Soph, si tú no haces nada terminaré haciéndolo yo -añadí como regañándola, por ser tan sumisa. Pero su mirada me ocultaba algo... De eso estaba seguro- ¿Hay algo más que tenga que saber? -pregunté inquisitivo.

- La verdad es que no le envidio el trabajo a Linna, además debo de serte honestas, prefiero lidiar con Potter y Black yo misma, son más sexys y tienen un importante linaje - le confesé a mi hermano mirándole coqueta.

Me reí un poco ante su egocentrismo, pero fuera lo que fuera, mi hermano y yo nos estábamos haciendo un importante lugar dentro de los mortífagos.

Pero mis heridas como siempre no me permitían moverme mucho. Y mi hermano se había dado cuenta de que algo más pasaba. De por sí ya me avergonzaba de dejar que me golpeara, no quería admitir frente a mi hermano que mi padre me usaba de sustituto de mi madre.

- A veces es mejor no saber, Roy - dije en un susurro, completamente avergonzada de mí misma, pues siempre aparentaba ser fuerte, pero frente a mi padre, sentía un miedo que no podía evitar, por más que pasaran los años